En el caso específico de un vaso creado para echar agua, podemos llenarlo de otras cosas, sin embargo, él fue creado con la finalidad de ser llenado de agua. Existen diferentes tipos de vasos, pero no todos fueron creados para echar el mismo contenido. Podemos decir que la finalidad, la vocación o la misión del vaso es que su vacío sea llenado con agua.
Lo mismo que el vaso, el ser humano se experimenta vacío. Posee un vacío en su interior que tiene que ser llenado, saciado, satisfecho. Por el hecho de estar vació, el ser humano es un ser indigente, necesitado, de ahí que siempre está en búsqueda de algo.
Al igual que el vaso, como seres humanos, podemos llenar nuestro vació con cualquier cosa, sin embargo, Dios nos creó con una finalidad, con un proyecto, con una misión o vocación. ¿Cómo saber cuál es el plan, proyecto o misión que Dios tiene para mí? ?En eso consiste el discernimiento vocacional, en descubrir para qué Dios me ha creado. ¿Para llenarme de qué, con qué finalidad?. La vocación es ese fin o misión para el cual nos creó Dios. La felicidad para el ser humano consiste en la realización de esa vocación, proyecto, plan, llamado, o misión.
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