sábado, 28 de abril de 2012

La felicidad como realización de la vocación de la persona

El ser humano se puede comparar, con un vaso. ¿Qué es un vaso? Es un recipiente vacío que se crea para echar algo, por tanto, su finalidad es ser llenado. ¿Podemos llenar el vaso de cualquier cosa? En principio sí, podemos llenarlo de agua, de refresco, de jugo, de vino, de trementina, de medicina, de ron, de batida, de sopa, de arroz, de habichuela, entre otras cosas. A pesar de que puedo llenar el vaso con lo que desee, este fue creado para echar o ser llenado de un determinado contenido.

En el caso específico de un vaso creado para echar agua, podemos llenarlo de otras cosas, sin embargo, él fue creado con la finalidad de ser llenado de agua. Existen diferentes tipos de vasos, pero no todos fueron creados para echar el mismo contenido. Podemos decir que la finalidad, la vocación o la misión del vaso es que su vacío sea llenado con agua.
Lo mismo que el vaso, el ser humano se experimenta vacío. Posee un vacío en su interior que tiene que ser llenado, saciado, satisfecho.  Por el hecho de estar vació, el ser humano es un ser indigente, necesitado, de ahí que siempre está en búsqueda de algo.
Al igual que el vaso, como seres humanos, podemos llenar nuestro vació con cualquier cosa, sin embargo, Dios nos creó con una finalidad, con un proyecto, con una misión o vocación. ¿Cómo saber cuál es el plan, proyecto o misión que Dios tiene para mí? ?En eso consiste el discernimiento vocacional, en descubrir para qué Dios me ha creado. ¿Para llenarme de qué, con qué finalidad?. La vocación es ese fin o misión para el cual nos creó Dios. La felicidad para el ser humano consiste en la realización de esa vocación, proyecto, plan, llamado, o  misión.

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